¿Tienes ropa vieja tirada en tu casa que ya no usas o piensas usar? ¡Seguro lo haces! Creo que todos han sido culpables de mantener ciertas camisas, chaquetas, pantalones y accesorios más allá de su fecha de vencimiento. Ya sea que estén dañados o si simplemente se te han quedado pequeños, es probable que haya alguna ropa que entre en esta categoría en algún lugar de tu casa. Pero, ¿qué debes hacer con ellos?
Venderlos a una tienda de consignación
Una idea es vender su ropa vieja a una tienda de segunda mano. En caso de que sea la primera vez que escuchas sobre ellos y cómo funcionan, déjame explicarte: una tienda de consignación es un tipo especial de tienda de ropa que vende ropa «con poco uso». Les llevas la ropa que ya no quieres y/o ya no puedes usar, y te darán efectivo o crédito de la tienda (nota: generalmente recibirás más si optas por el crédito de la tienda).
Donarlos a la Caridad
Otra solución es donar tu ropa vieja a una organización benéfica como GoodWill. Si lo hace, tendrá la tranquilidad de saber que su ropa se está utilizando bien. De acuerdo, no recibirá dinero en efectivo o crédito de la tienda como lo haría con una tienda de consignación, pero esta es una solución rápida y fácil, no obstante. Además, la mayoría de las principales organizaciones benéficas le darán un recibo deducible de impuestos, lo que significa que puede cancelar el valor de su ropa como donación la próxima vez que presente su declaración de impuestos. Hable con su contador o profesional de impuestos para obtener más información sobre qué tipo de deducciones se aceptan y cuáles no.
Dáselos a un amigo o familiar
Siempre que la ropa esté intacta y sin daños, debería considerar dársela a un amigo o familiar. La mayoría de las personas aceptarán gustosamente la ropa usada porque, después de todo, les ahorra el dinero y el tiempo de tener que comprar ropa nueva.
Hágalos a la medida
Si tienes ropa que te gusta pero que ya no te queda bien, ¿por qué no hacerla a la medida? Los sastres pueden hacer algunas cosas bastante notables, convirtiendo la ropa que es demasiado pequeña o demasiado grande en «justo el tamaño correcto». Tendrás que gastar algo de dinero para que tu ropa te quede bien, pero por lo general cuesta menos que comprar una prenda nueva.